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sábado, 2 de enero de 2016

ANÁLISIS DECONSTRUCCIONISTA Y POLITICOECONÓMICO DE "GREMLINS (1984)"


En 1984 una película cambió la historia del cine y del pensamiento occidental. Gremlins sacudió nuestras mentes con contundencia, es imposible que una persona no cambie tras haberla visto. ¿El motivo? La película posee múltiples niveles. Ya en nuestra infancia fuimos capaces de interpretar esa alegoría del difícil paso de la infancia a la madurez a través de unos tiernos peluches que se convierten, por culpa de la rebeldía, en unos desgarbados bichos escamosos. 

Aquí vemos al tierno animalillo durante su infancia. Todo un peluche para hombres que nunca sentirían amenazada su heterosexualidad.
y, poco despés, vemos los estragos que han hecho en él la pubertad y una educación descuidada.
Sin embargo, la historia es más compleja que eso. Ya Murray Bookchin abrió la puerta a nuevas perspectivas gracias a su artículo “Gremlins o la parábola del capitalismo suicida” donde vislumbrábamos ya un mensaje transgresor. Sin embargo, el conocido pensador se equivocaba al relacionar la obra con el ecoanarquismo, dejándose influir por su propia ideología. Si estudiamos la película con detenimiento, podremos ver una oda al anarcocomunismo en toda regla.
Así, sin más preámbulos, pasaré a analizar el polémico guion de Chris Columbus, conocido principalmente por su ideología anarcocomunista y que, en plena era Reagan, tuvo que convertir una historia subversiva en una película de fantasía sociológica.
Para quien no la haya visto, haré un breve resumen: el padre más cutre del mundo le regala a su hijo por Navidad una mascota maloliente (no ha tocado nunca ni una gota de agua) que ha comprado en un chino. Como es lógico, esa mascota acarreará un montón de problemas. Por una parte, si le da la luz, se muere; si toca el agua, se reproduce descontroladamente y si se le alimenta fuera de un estricto horario, el bicho se estropea. El dueño, sin embargo, consigue en tan solo un par de días incumplir todas y cada una de esas condiciones no se sabe si por rebeldía o por mentecatez.
Escena en la que el padre intenta compensar años de abandono con el peor regalo de todos los tiempos. Véase la cara de circunstancias de la madre, parece que intenta recordar el nombre de su marido

En tan solo una noche, hay una plaga de bichos mal clonados a partir del original y ese regalo convierte al pueblo en zona catastrófica. Después de matar a un montón de gremlins, el padre devuelve el regalo de Navidad al chino y este no le devuelve el importe ni le da un vale de regalo, ni pide disculpas. El cliente puede tener razón, pero es el empresario el que siempre se lleva el dinero. Fin.
Ahora pasamos al análisis en el que podemos ver con claridad que la intención de Columbus era la de mostrar una feroz crítica al capitalismo. Todo transcurre en las fiestas más consumistas del año: las navidades.
El regalo, como dijimos, lo compra en un chino. Ya vemos una sutil crítica de la deslocalización de las empresas que cerraban en Estados Unidos para abrir en países asiáticos y ahorrar en mano de obra. Provocando el paro y la desprotección del obrero.
Esta mano de obra barata y la fabricación masiva quedan inteligentemente representadas por la proliferación de copias defectuosas y perniciosas que surgen a partir de su líder Stripe (que, dicho sea de paso, significa en inglés “clase” refiriéndose, por su puesto, a la clase obrera).
Cabe añadir que el agua, ese símbolo freudiano de la sexualidad, es aquí una de las prohibiciones y, también, el elemento que propicia la multiplicación de la esclavitud moderna. De este modo, el guionista nos manda un mensaje: los países con más represión sexual, suelen estar superpoblados, lo que conduce a la pobreza y, por tanto, a ser presa fácil de las multinacionales y sus abusivos contratos de explotación.

Aquí está Stripe en pleno acto reproductivo, esta escena fue censurada en múltiples países por su alto contenido sexual
La tercera prohibición (no comer después de medianoche) es un guiño a estas multinacionales, en especial, a las de comida rápida que están abiertas durante las 24 horas. A su vez, es esto lo que convierte a los ositos de peluche en esos reptiles llenos de dientes. Una obvia referencia a los alimentos transgénicos y hormonados.
Todo provocará la destrucción del apacible pueblecito en el que vivían los protagonistas, metáfora de la crisis del pequeño comercio frente a los mastodónticos e inhumanos centros comerciales.
La genialidad de Columbus no se detiene aquí. Señala cuál es el origen de toda esta sucesión de desgracias: el que las empresas hayan convertido a la familia en un objetivo comercial. El ambiente en el que se educa el protagonista, con una madre invisible, un padre centrado en el trabajo y él mismo totalmente desatendido, creará un vacío emocional. Este vacío es necesario para el capitalismo porque gracias a él, millones de personas intentarán llenarlo o expresarlo con regalos navideños. Como lo emocional no puede ser sustituido por lo material, la familia presencia cómo ese vacío es cada vez mayor. Entrando así en un bucle de infelicidad y consumismo.
Juego, tabaco, alcohol y comida basura acaban siendo uno de esos sustitutivos materiales del vacío vital del trabajador, que tendrán que aceptar un régimen de esclavitud para mantener sus vicios

La trama tomará un giro radical cuando el protagonista conoce a una joven terrorista antisistema que odia el capitalismo (o, lo que es lo mismo, la Navidad) y que posiblemente asesinó a su padre durante esas fechas. Ambos, sumidos en una espiral de violencia, volarán un cine abarrotado mientras se proyectaba Blancanieves (la película favorita de Hitler, relacionando fascismo y capitalismo). El líder, Stripe, será destruido después con la luz, símbolo de la verdad o el conocimiento.

Aquí tenemos a la terrorista antisistema que salva al pueblo con una buena dosis de violencia, acabará reclutando para su lucha al protagonista de la película (aunque todo sabemos que si este se hubiese negado, habría sufrido un desagradable e inverosímil accidente, como ya le sucedió al padre de la chica)


Junto a ella, cometerán un atentado contra un cine y asesinarán a todos estos espectadores mientras que estaban viendo una película infantil

Dejando a un lado el radicalismo del guionista, es indudable que se trata de una película que nos habla de temas actuales ante los que nadie puede ser indiferente.
Finalmente, el chino, tras haber destruido la economía del pequeño pueblecito, se lleva a Gizmo y se marcha en busca de otra víctima.

Años después, Charles S. Haas escribirá una secuela donde propondrá una lectura marcuseniana de las tesis de Habermass sobre el uso de la burocracia y la tecnología para despolitizar al ciudadano. Pero esta segunda parte es tan directa, tan obvia, que analizarla sería caer en la paráfrasis.
En lo concerniente a Columbus, acabaría dirigiendo una película en la que presentará una feroz crítica al adoctrinamiento consumista en las escuelas, esa película, Harry Potter, será digna de un análisis más pormenorizado, pero eso será en otro momento.